domingo, 2 de agosto de 2009

Up. Vértigo, humor, ternura y esfuerzo en los detalles


El pasado viernes se estrenó la nueva película de Pixar, Up, y como otros tantos (no sólo niños), fuí a verla.
Up debería marcar una nueva línea de largometrajes del estudio que cambió la visión que teníamos de los dibujos animados. Se trata de una obra de arte con el peso de las primeras películas de Disney, con los elementos adecuados para convertirse en un clásico pero con toques de actualidad que la convertirán en un legado vintage en el futuro.
No es hilarante ni busca la risa fácil. Los personajes son entrañables y se aleja del exceso de los surrealismos a los que estamos acostumbrados, pero sin dejar de lado la fantasía y la capacidad de soñar de niños y adultos. Está muy cuidada, por ejemplo, se termina con el tópico del animal que habla introduciendo la tecnología del collar que permite hablar al perro para que sea más realista. En concreto conozco esa tecnología, que se está desarrollando en la actualidad para las personas parapléjicas, y desde luego resulta acertado mezclar esos conceptos tan actuales para darle ese giro al personaje.
Hay algo en la película que me recuerda a los cortos de Mickey, Donald y Goofey y a la obra de Chaplin, pero no termina de ser tan agobiante. La imágen sigue siendo brillante y viva, como nos tiene acostumbrado el estudio.
Parece que Pixar haya tocado ya el cielo, nunca mejor dicho, y que se esté reafirmando por fín, firme a unos principios que le harán_espero_seguir mejorando.

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