domingo, 28 de junio de 2009

El niño con el pijama de rayas, de John Boyne


El niño con el pijama de rayas merece ser leído sin siquiera haber salido la película. Yo llegué tarde. Ví el trailer en la televisión, supe que se trataba de campos de exterminio y decidí, no ya ir a verla al cine, sino también comprar el libro.
Esta obra de John Boyne había sido editada de forma mágica. No existía sinopsis. No existía una edad específica para leerlo. No existía un motivo por el que comprarlo más que la curiosidad, porque además no se puede decir que John Boyne fuese conocido.
Así que los valientes que lo compraron y lo leyeron antes de que se erigiese todo el fenómeno pudieron disfrutarlo más y mejor, y además más tarde pudieron ilustrar lo que su imaginación ya había intuído.
De todas formas el libro es bueno y como un cuento. La letra, grande. La trama concisa y relajada. La narrativa, sencilla. Lo mejor de hecho es el final, así que la película si que resultó ser un crimen. Pero es lo de menos porque el libro en sí es tierno dentro de la crueldad propia del tema y debe ser una delicia leerlo por segunda vez, dentro de un montón de años, por los viejos tiempos, pues su lectura rezuma los aires de la vieja infancia.

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