lunes, 27 de julio de 2009

Abajo el amor


¡La eterna lucha! Entre tanto humor surreal y estupideces se esconde la realidad de los años sesenta, la de mi abuela, la mía propia, pues cada uno tiene su propio proceso histórico interno y aunque siempre he defendido la igualdad de sexos y un poco la superioridad de las mujeres, por eso del despecho y el maltrato que algunas hemos recibido, (entre otros motivos de índole intelectual y adaptativo propios de las féminas), tal vez esta sea la etapa en la que estos sentimientos se ven más reforzado pues es la edad de la independencia y la de hacerse valer por lo que una es. Sin duda me quedo con el comentario del amigo de Catch, Peter MacMannus, que viene a decir algo así: Tú tienes la culpa de que yo me sienta utilizado por Vikki (su nueva novia y editora de Barbara Novak, la protagonista) para satisfascer su apetito sexual. Debería ser al contrario. La culpa la tienes tú y los hombres como tú que habéis sido unos Casanovas y habéis elegido las chicas a la carta sin miramiento, y habéis provocado que las mujeres de hoy en día sean lo mismo que sois ustedes. Para mí significa la moraleja de la película y el resumen del presente. Es cierto que las mujeres utilizan el sexo para esclavizar a los hombres y acceder al poder, y que hasta hace muy poco de la misma forma los hombres se agarraban a su fuerza física para imponer su protección y liderazgo. Es verdad que las mujeres en muchos aspectos sólo estamos siendo buenas alumnas y repetimos lo que hemos visto durante 2000 años. Quién sabe si esto durará otros 2000.
Lo que hoy en día muchos no somos capaces de entender es si el sexo va ligado al amor o no, y en el caso de que no sea así, para qué existe el amor, para qué surge si lo hace de forma natural e inevitable. Si existe, ¿Por qué nos empeñamos en destrozarlo y desvirtuar su imágen cada vez más? Tal vez sexo y amor cohabitan pero la una no conlleva la otra, y en tal caso deberíamos suponer que un matrimonio de toda la vida sin pasión es lo mismo que la relación entre dos hermanos. Y ahora, por curiosidad, ¿Por qué se ha unido siempre al amor y el sexo? Cierto es, que antaño era muy común ligar el sentimiento del deseo al amor, y de hecho, en muchas obras clásicas, como Romeo y Julieta, el principal premio que se disputa es la relación íntima, la consumación, el apareamiento. Sí, estaríamos hablando de la líbido, de todo eso que le gusta tanto a Freud, hablaríamos de cortejo para dignificar el impulso de reproducirse, pero entonces, ¿cómo evoluciona el deseo a complicidad? Hoy en día un gran porcentaje de personas piensan que una pareja es alguien que les completa, o bien que les hace felices o les apoya, le cuida y que sabe ser su mejor amigo u amiga. ¿Es el tema del sexo un campo expuesto a la elección personal o existe en el fondo una pauta marcada de forma natural en nosotros?
Sea como sea, no se puede dudar: Existe el desenfreno. Desenfreno sexual, dudas con respecto a lo que nos hace felices, con respecto a la vida idónea para hombres y mujeres. Somos animales sin instintos que no sabemos que camino escoger y nos reinventamos una y otra vez, sin éxito. Nos exploramos. Nos preguntamos y nos ponemos en el supuesto, y después ponemos en práctica cosas que sólo intuímos que pueden funcionar, pero, mientras tanto la vida fluye, con su historia paralela, y así se van creando otras consciencias que dan lugar a nuevas preguntas: El ser humano es la gran cuna de las preguntas, de la filosofía. Nadie se pregunta sino nosotros y nadie es capaz de contestar algo determinante. Somos la cuestión, somos el interrogante.
Y eso es esta película que roza las intenciones de convertirse en musical: Una pregunta con respuesta limitada, con un modelo que a todos no satisface. Es una propuesta.

1 comentario:

  1. andrea ramirez ortiz14 de junio de 2011, 21:17

    muy buena pelicula.. me gusto bastante y mas el protagonista Ewan McGregor.

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