domingo, 19 de julio de 2009

La ignorancia


Milan Kundera es un filósofo nato que disfruta dejando claro que conoce la naturaleza humana y el motivo o al menos la profundidad de los sentimientos del hombre y hasta de la mujer. Analiza sin temor, y cínicamente nos acerca a la verdad del personaje, por muy ruín que sea, aunque no es capaz de convertir al sujeto en un ser despreciable ante los ojos del lector.
Si el don de Kundera se encuentra en lo que he acabado de nombrar, desde luego no se haya en la imaginación y la trama, o al menos prescindió de él cuando escribió La ignorancia, por motivos que desconocemos y que no ha alegado.
La letra grande, el libro estrecho, apenas cuenta nada en lo que se refiere a sucesos. Eso sí, es realista dentro del mundo de la falta de consideración y de la inclinación a la desesperación sexual. Kundera parece haberse criado entre pilares de libros cuyo nombre del autor reza en la solapa resaltando bajo los carácteres que conforman las palabras Sigmund y Freud. Sí, para ambos todo es sexual, todo es líbido. Y además comete el pecado de engañar al lector con una prometedora lectura acerca de la reflexión y el apego, pero en todo momento durante la primera parte del libro no deja traslucir (al menos bajo los ojos de una jóven inocente) que el desenlace y punto álgido se encontrará en el erotismo.
No porque sea erótico es malo, pienso yo. Yo pienso que como es malo necesita erotismo.
Le aconsejaría a Kundera que aprendiese a escribir ensayos (para eso debe dejar de soñar guarradas que necesite imprimir en papeles y estructurar su mente) para plasmar su buena filosofía y la inteligencia de su pluma, o a unas malas que se apunte a un taller de imaginación e improvisación en el que le enseñen a inventar historias con un hilo argumentativo.
Y sin embargo me he quedado con ganas de más. Sólo espero que el resto de su obra se sustente sobre historias más interesantes para poder regodearme con placer en su palabra.

Arriba Milan Kundera, un checo emigrado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario