domingo, 28 de junio de 2009

Un árbol crece en Brooklyn, de Betty Smith


Un árbol crece en Brooklyn es una novela tranquila, sin altibajos, luminosa, pero que muestra con realismo y pasión la verdadera vida.
No miento si digo que esperaba algo más de la novela, pero sin embargo tampoco te deja con ganas de algo más, es completa y no deja nada sin decir.
La historia es tierna, te involucra y te atrapa, parte de ésto último tiene también que ver con la facilidad de su redacción.
Para mí fué sencillamente inspiradora. También ilustradora pues describe como si de un álbum de fotografías se tratase el Brooklyn de los años anteriores a la primera guerra mundial.
Su protagonista cumple con el tópico de la amante de la literatura y la escritura, y por tanto es solitaria e inteligente, luchadora pero sin exageraciones.
Aunque está en tercera persona a veces da la sensación de que la historia la cuente la misma Francie Nolan. Así de íntima es ésta novela en la que el desarrollo psicológico es esencial, pues todo comienza en la niñez de Francie y termina cuando ya es una jóven que ha sobrevivido a la adolescencia.
El final, ese es el problema. Te deja con un sabor de boca extraño. ¿Ha acabado? ¿Ya? ¿No hay ningún final arrebatador o una moraleja? Moralejas tiene muchas, a lo largo de todo el libro, pero no hay un final redondo ni mucho menos, y te deja con la sensación de haber dejado de hablar a una antigua amiga de la que sabías casi todo pero de la que no sabrás nada más. Es decir, la dejas con vida, con esperanza se puede decir, y tranquila, pero no sabrás si ese estado permanecerá o variará, y de hecho, todos sabemos que lo hará porque la vida no nos da tregua nunca.
Sea como sea, la verdad es que tal y como reza en la portada: Es un libro precioso.
Dos detalles: El primero, el libro fué escrito en los años veinte, tuvo un gran éxito_sobretodo teniendo en cuenta que la escritora era precisamente eso, escritora_y llegó a convertirse en un clásico de la literatura americana. Así que cuenta con una película en blanco y negro imposible de encontrar en videoclubs, tiendas, televisiones y demás, así que la única salida es internet.
El segundo: Ha acabado de salir una edición con tapas duras pero en una versión más pequeña, bastante curioso. Por unos diez euros tienes un buen libro con una edición interesante. Así se evita comprar la edición de Lumen, que cuesta el doble, o por la que yo me decanté en mi ignorancia: La de círculo de lectores. Un consejo. Cuando un libro es bueno saldrá en edición de bolsillo en unos tres o cuatro meses, así que casi no merece la pena apresurarse en obtener el ejemplar recién publicado por veinte euros. Es que a una la crisis le afecta, y no puede dejar de preguntarse por qué tiene un talento especial para comprar cosas sobrevaloradas.
Viva el capitalismo, pero el capitalismo neoliberal y que funcionen bajo los límites de los derechos humanos...

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