lunes, 22 de junio de 2009

Sabor a chocolate, de José Carlos Carmona


Chocolate, música y ajedrez se entrelazan para conformar los cimientos de éste cuento de vidas tan reales como los acontecimientos históricos que las acompañan. Se trata, más que de una novela, de un pequeño relato a través de tres generaciones con sus respectivas aventuras de amor, paradoja y muerte. Una de las cosas buenas de leer a un filósofo es que por más sencilla y sútil que sea la historia es que puedes conectar con su fondo y su pasión. Tiene un ritmo casi musical, juega con las páginas convocando una visión estética distinta y en definitiva, es tan fácil y delicioso de leer como puede ser una hora y media saboreando chocolate.
Un consejo a quien decida comprarlo: Existe una edición acuática que permite leerlo en un lugar perfecto sin importar las condiciones. Haría una lectura aún más ambiciosa.

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