domingo, 21 de junio de 2009
La mujer del teniente francés
Parece increíble que haya sido nominada a 5 óscars (entre ellos mejor actriz, como no...), y que haya sido ganadora de un Globo de Oro, aunque teniendo en cuenta que quien lo ganó fué la actriz, es más comprensible. El caso es que la película no pudo haber sido más laureada de lo que fué. ¿Qué tiene la película? Pues que se realizó en 1981, y la imágen resulta buena en consonancia con el resto de producciones de la época. Que Meryl Streep posee un gran carisma y que la historia es cuanto menos, peculiar. Sin embargo tiene dos faltas (o añadiduras sobrantes) grandiosas.
El señor Smithson pide la mano a la señorita Ernestine Freeman, quien acepta dejándolo así comprometido. En el pueblo de ella conoce a una chica de imágen casi fantasmagórica conocida en todo el pueblo como La Pobre Tragedia o La Ramera del Teniente Francés. La historia de ésta mujer está marcada por un romance que tuvo con este teniente y que acabó sumiendola en la más profunda pena. Su vida está bañada de melancolía y obsesión, obsesión por la soledad y por el mar, por la vergüenza y la autodestrucción. Su nombre es Sarah Woodrof y se enamora de Smithson en cuanto lo ve, al igual que le ocurre a este hombre prometido.
Bien. La gran blasfemia hacia la trama es la segunda trama. Sus actores (pues la historia está contada como si fuese una película en rodaje) están también, podríamos decir que encaprichados y le hace perder muchísimo encanto al resto de la película.
Y por otro lado, no tiene un final claro ni un mensaje. Falto de contenido filosófico o de cualquier otra índole, sólo lanza la idea de que Sarah es una esquizofrénica o que disfruta jugando con un pobre hombre.
No se pierde nada viéndola, pero hay que atenerse a un posible aburrimiento y un decepcionante desenlace, que no consiste precisamente en un final infeliz en que ambos amantes se separan, sino en un final tan difícil como la insesibilidad de una mujer vertida sobre un hombre. O bien se podría interpretar como la ansiada conquista de la libertad de una mujer en el siglo XIX.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario